Extintores, fuego, origen y evolución
El fuego. ¿Qué es y cómo se produce?
El término «fuego» hace referencia a la luz y al calor generados por la combustión de un material inflamable en presencia de oxígeno u otro agente oxidante, y la energía que desencadena dicha reacción (ya sea calor, fricción o chispa).
Cuando se produce fuego, se observa una mezcla de partículas incandescentes de la materia combustible que emiten calor y luz durante un período de tiempo determinado.
Basándonos en esta definición, podemos comprender de manera aproximada cómo se produce el fuego. Este proceso se representa gráficamente mediante el famoso «triángulo del fuego», que muestra los tres elementos necesarios para que se produzca el fuego: combustible, oxígeno y calor. Si añadimos el factor de reacción en cadena, el triángulo se convierte en un tetraedro del fuego.
Además de las llamas y el calor, el fuego produce otros subproductos como humo, gas y cenizas, los cuales son el resultado del proceso de combustión. El tipo de material combustible que se utiliza determina el tipo de incendio que se produce. Por lo tanto, es fundamental saber qué materiales o sustancias se están quemando para poder determinar el tipo de extintor de incendios que se debe utilizar.
Extintores de incendios, que son y cómo funcionan
La mayoría de las personas han visto un extintor de incendios en algún momento. En términos generales, sabemos que se trata de un cilindro que contiene una sustancia especial para extinguir incendios, y que puede ser portátil para su uso en el hogar, o tener ruedas para facilitar su traslado y manipulación en caso de incendios de mayor magnitud (con un peso superior a 25kg).
Para ser más precisos, un extintor de incendios es un objeto metálico cilíndrico que contiene una sustancia extintora que se libera bajo presión al abrir la válvula. La sustancia que contiene un extintor depende del tipo de fuego que se debe extinguir, tal como se indica en la tabla anterior. Estas sustancias pueden estar en forma de líquido, espuma o polvo, por nombrar algunas posibilidades.
El origen y la evolución de los extintores
¿De dónde surgieron las ideas y diseños para los extintores de incendios? Es posible que en la antigüedad, los incendios se extinguieran con agua (mediante enfriamiento) o tierra (asfixiando el fuego). Los primeros extintores probablemente surgieron de la necesidad de elegir elementos naturales y utilizar el sentido común y la intuición para combatir los incendios.
Sin embargo, los llamados «fuegos griegos» o «fuegos líquidos» eran extremadamente difíciles de apagar con agua. De hecho, incluso se quemaban en el mar. Los seguidores de Canción de Hielo y Fuego, de G.R.R. Martin, pueden encontrar esto familiar, ya que estos «fuegos líquidos» fueron una inspiración literaria para las armas incendiarias griegas. Es fácil imaginar los horrores que debieron sufrir las víctimas de este tipo de incendios.
En situaciones de pequeños incendios, es posible que un balde de agua sea suficiente para extinguir el fuego. Sin embargo, en edificios más grandes, se necesita una mayor presión para alcanzar lugares más altos. Fue en 1723 cuando el químico inglés Ambrose Godfrey patentó un dispositivo especialmente diseñado para este propósito. Se trataba de un barril, cuyo líquido extintor era expulsado por la explosión de la pólvora en la recámara, permitiendo una mayor eficacia en la extinción del fuego.
Primeros extintores: De Espuma y otro de Soda-Ácido
En 1866, el médico francés François Carrier ideó la idea de añadir bicarbonato de sodio y ácido tartárico al agua para aumentar la presión del líquido extintor. Esta combinación produce dióxido de carbono, un gas que se utiliza como propulsor del contenido del cilindro.
Más tarde, en 1881, el estadounidense Almon Granger adoptó la idea de Carrier pero en su lugar utilizó ácido sulfúrico en la mezcla, lo que permitió una mayor eficacia en la extinción del fuego.
Hasta ahora, los métodos mencionados solo eran efectivos para extinguir incendios pequeños y ciertos tipos de combustibles. En algunos casos, el agua no lograba extinguir el fuego ya que permitía que el vapor escapara y, en cambio, avivaba las llamas.
En 1905, el químico ruso Alexander Laurent creó un compuesto similar a una espuma, mezclando sulfato de aluminio, bicarbonato de sodio y un estabilizador. Este compuesto, llamado «Lorentina» por Laurent, dio origen al Extintor de Espuma. A diferencia del agua, la espuma cubre completamente la llama, evitando que el vapor se escape y contribuya a avivar el fuego.
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